!Tokyo va ser devorada¡

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Título: Tokyo Ghoul

Fecha de inicio: 3 de julio de 2014, primera temporada. Segunda temporada esperada en 2015.

Géneros: Anime, demonios, ghoul, Japón, gore.

Hoy os traigo el análisis de uno de los animes que han salido este año, os hablo de Tokyo Ghoul, una serie creada por Sui Ishida y dirigida por Shuhei Morita y emitido por Tokyo MX.

La serie nos establece en el Japón contemporáneo, junto al protagonista Kaneki Ken, un muchacho de 19, que vivo en la ciudad de Tokyo, una ciudad que convive con una serie de seres con apariencia humana con la diferencia de que comen carne humana. Este ambiente de Tokyo, en el que se convive normalmente con demonios y seres no humanos ya ha sido utilizado en el videojuego de From Software, Ninja Blade.

Estos ghouls, seres de origen mitológicos, demonios o zombies cuya alimentación se basa en comer cadáveres, separándoles de los zombies más clásicos y creando un nuevo ser inteligente y que tiene que desarrollar estrategias para encontrar su alimento. En este anime se reinterpreta al ghoul, convirtiéndolo en un humano con fuerzas y agilidad sobrehumana y con una serie de pseudópodos brillantes, sus Kagune, que les sirven de armas. A los aficionados al anime, nos recordará a los vectores invisibles que posee la protagonista de Elfen Lied.

Rize (con sus pseudópodos) contra Kaneki Fuente: http://photo.ma-bimbo.com/fr/25/12291/moy/9832073.jpg

Rize (con sus pseudópodos) contra Kaneki
Fuente: http://photo.ma-bimbo.com/fr/25/12291/moy/9832073.jpg

Es aquí donde comienza la serie, Kaneki Ken, un muchacho listo aunque tímido, aficionado a la lectura, que espera junto a su amigo Nagashika Hideyoshi, un muchacho astuto pero despistado, en una librería a la que será la cita de Kaneki, la bella Rize Kamishiro, una muchacha que aparentemente es una joven normal, con muchas cosas en común con Kaneki.

Los dos acaban quedando y aparentemente la inofensiva chica, después de una seductora conversación, acaba descubriéndose como un ghoul, pretendiendo comerse a Kaneki, después de una desigual batalla, en un aparente accidente, Rize es aplastada por unas vigas de acero y los dos son llevados al hospital.

Kaneki en el hospital, después del trasplante.                  Fuente: http://img3.wikia.nocookie.net/__cb20140703193829/tokyoghoul/images/e/ea/Kaneki_waking_up_in_the_hospital.png

A Kaneki, en estado crítico, se le práctica una serie de trasplantes de Rize, afectando plenamente al sentido del gusto de Kaneki.

Una vez es dado de alta, descubre, para su pesar, que se ha convertido en un ser mitad ghoul, mitad humano, cuya prueba es su siniestro ojo. el hambre comienza a hacer estragos en él.

Kaneki sufriendo una alucinación por el hambre           Fuente: http://readplayreview.files.wordpress.com/2014/07/tokyo-ghoul-0204.jpg

Es aquí donde, personalmente, comienza uno de los puntos más importantes de la serie, Kaneki, se convierte en un nómada, un sujeto completamente descentrado, un ser esquizofrénico que posee dos personalidades en su propio cuerpo, un humano, que lucha por controlar el impulso de hambre, y el lado Ghoul, con un hambre casi animal que le obliga a comer y comer. Una dicotomía platónica que le llevará a intentar matarse, inútilmente, e incluso a dejar que el hambre acabe con él.

Después de todo, Kaneki descubre que el mundo que él conocía está completamente rodeada de ghouls, y comienza a darse cuenta que no debe luchar contra el mismo, sino el descubrir quien es él y si finalmente existe en el mundo un lugar para él.

Recomiendo a todos los aficionados a los animes ciberpunks y a los animes gore suave, tipo Elfen Lied, del cual toma amplia influencia, debido a un dibujo bueno, un buen doblaje, y una historia original en su trasfondo, donde podemos reflexionar sobre la existencia de seres descentrados y seres casi desplazados de la sociedad, que no encuentran un sitio entre iguales. Por otro lado, también podemos deleitarnos con diálogos profundos, pero por otro lado también con buenas peleas y momentos «épicos» memorables. Como fanático de la música y las bandas sonoras, debo decir que la música vuelve a tener un peso casi implacable en la conducción emocional de los momentos más dramáticos.

Esta serie se va a la cama con un 8.0 sobre 10.0, encontrando el punto más importante de la serie en la lectura psicoanalista, que yo hago, sobre la figura de Kaneki como reflexión del sujeto descentrado freudiano/lacaniano.